Ya sea para un restaurante gourmet o para un comedor de personal, la creación de un menú es un desafío para cualquier cocinero, si quiere ofrecer a los consumidores una comida variada y sabrosa. A veces no es tan fácil realizar un menú, porque a lo mejor no se puede conseguir un ingrediente que el cocinero tiene en mente, o porque el precio de un determinado alimento ha aumentado. Jesús presentó una vez el menú más sencillo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió. ¡Muy fácil, pero muy exigente!

Para hacer la voluntad de Dios, uno tiene que preguntar por Dios. No existe comida mejor para los hombres, para la nueva criatura, que orientarse cada día nuevamente en Dios. Esto también puede significar que uno tiene que reorganizarse con respecto a sus propias ideas. Pero vale la pena. Esta comida da fuerza en la fe y mantiene el alma sana.

Impulso de un Servicio Divino del Apóstol Mayor