Las personas mayores forman una parte valiosa en la comunidad de la Iglesia. Esta comunión también ayuda para combatir la creciente sensación de soledad. Los mayores reciben una asistencia espiritual redoblada, para que se puedan sentir abrigados en el centro de la comunidad, con su edad avanzada, o cuando están enfermos.
Además se les ofrece a los mayores la posibilidad de participar de actividades especiales, reuniones y Servicios Divinos para mayores.